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RELATO ERÓTICO 1



✓CUARTO MENGUANTE


La Luna en Cuarto Menguante cuelga del cielo rodeada de estrellas en esta cálida y hermosa noche de verano. La espuma que provocan las olas al romper en la costa bañan la arena y se retraen nuevamente hacia el mar iluminado por la suave luz del único satélite natural de nuestro planeta.


Las olas vuelven a romper, pero esta vez mojan un par de pies que caminan descalzos sobre la arena humeda – los pies pertenecen a una PAREJA – caminan hombro a hombro, cerca uno del otro, pero sin tocarse. A Ella todavía le duele el estómago, ese dolor al que algunos llaman mariposas en la panza; si bien Él no es el tipo de hombre del cual ella se siente normalmente atraída, lo encontraba casi irresistible. Será por su sentido del humor, su inteligencia, su rapidez mental o simplemente porque la escucho hablar durante horas, realmente la escucho. Por primera vez en mucho tiempo siente que alguien le presta atención a ella no por como se ve.


Los nervios a él todavía no se le pasan, ella es realmente hermosa, pelo castaño, ojos color miel que a la luz de la luna se ven aún más hermosos, nunca en su vida había salido con una mujer como ella, no sólo es muy hermosa, demasiado hermosa para él, sino que además es simpática, graciosa, comparten los gustos y lo más importante está interesada en él.


Una ola rompe un poco más acá, los salpica provocando que ella se incline sobre él, por primera vez sus cuerpos se tocan y algo mágico sucede, se quedan mirando a los ojos, pegados el uno con el otro, no se pueden despegar. La respiración y los latidos del corazón comienzan a incrementarse, él siente que el pecho se le va a explotar, ella siente que el corazón le late muy fuerte; los labios se juntan y ya no hay vuelta atrás, las lenguas se trenzan con la intensidad que se besa una primera vez, el beso deseado y esperado. Las manos de ambos recorren el cuerpo del otro, él agarra los trabajados glúteos de ella que forman un culo formidable, ella le acaricia la espalda y antes de que se den cuenta las ropas comienzan a volar con la desesperación de un náufrago buscando agua.


Es así que en un abrir y cerrar de ojos están los dos desnudos, él se prende a sus hermosas tetas, las besa y las toca con desesperación, pero también con suavidad y cariño, ella le acaricia la nuca y lo fuerza a levantarse, le besa nuevamente la boca y se arrodilla, quedando su cara a la altura de su robusta y contundente masculinidad…


… lo agarra con sus manos, lo acaricia y comienza a besarlo, lo recorre con sus labios y su lengua – él la mira y no puede creer lo que está viviendo, ella le devuelve la mirada, se miran fijamente. Ella abre la boca e introduce todo su miembro dentro de su boca provocándole pequeñas arcadas, pero igual continua…


… luego de unos segundos se para, lo mira a los ojos, le pone las manos en el pecho y lo empuja, él cae en la arena y ella se sienta sobre él – le agarra el pene y de a poquito comienza a introducírselo, hasta que esta todo adentro, se arquea de placer, le clava las uñas en el pecho y comienza a moverse, frenéticamente como si algo la apurara, con desesperación…


… las manos de él en sus glúteos acompañando sus movimientos, hasta que los dos se funden en un grito de placer, ambos explotan al mismo tiempo.


Ella se deja caer sobre él, lo besa, lo acaricia bajo la Luna Menguante en el momento exacto en que el mar los vuelve a bañar, pero ya está, no les importa nada, solamente ellos dos.

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